La vida puertas adentro
La vida se ha vuelto indoors. Ahora es posible recibir invitados en la intimidad del hogar y degustar platos propios del mejor restaurante con sólo levantar el teléfono y pedir un chef profesional a domicilio o escuchar una banda o un cantante solista sentado en el sillón del living o ser espectador de una obra de teatro montada en algún ambiente.
Incluso, es posible transformar el sillón en diván para tener una sesión de terapia familiar, o practicar pilates con un profesor que traslada la cama, con sus sogas y poleas. Más conocido y difundido aún son los jardines rodantes, una propuesta que ha ganado cada vez más adeptos entre grupos de padres que quieren que sus hijos tengan una experiencia previa al jardín, pero en un ambiente contenido como es su propio hogar.
Reflejo de este fenómeno son las cada vez más habituales propuestas de firmas de indumentaria que sacan su propia línea de home wear , que incluye remeras, bermudas, leggins y buzos: uno de los mejores aliados para la vida indoors. "Los 90 fueron muy urbanos, la gente estaba en la calle, se vestía para salir e ir al trabajo en grandes corporaciones -dice Verónica Alfie, directora de Visiones Trend Forecasting, un laboratorio de tendencias-. Después surgió el concepto de vida slow y empieza la tendencia in home . La gente empieza a abandonar la ciudad para irse a vivir a lugares más lejanos, ya que con Internet empezó a no hacer falta estar físicamente en la oficina", relata Alfie sobre la vuelta a la vida indoors .

La tendencia es marcada y hasta llegó a convertirse en un reciente eslogan publicitario de un sofisticado equipo de audio y video. "Salí a tu casa" no sólo resume un concepto de producto, sino un estilo de vida.
"Hoy, el trabajo y la diversión van a tu casa. Es el refugio, la mayoría disfruta del hecho de estar en su hogar. Hay muchísimo entretenimiento para hacer puertas adentro y por eso la gente invierte en equipos y en tecnología, y se preocupa por tener una casa linda, confortable -opina Alfie-. Hay una revalorización de la casa. Recibir a tus amigos en lugar de salir a comer a un restaurante y mostrarles tu intimidad se valora más porque es sinónimo de transparencia."
Delivery de arte
Lo que antes había que buscarlo puertas afuera, ahora se puede conseguir sin moverse del hogar. En 2009, Sofar Sounds hizo realidad el sueño de tener una banda de música en el living de la casa. Es un movimiento gratuito que surgió en Londres y que pronto se propagó a 30 ciudades de todo el mundo. De este colectivo musical participaron bandas como The Magic Numbers (que ayer actuó en Niceto Club) o la del actor de la saga Crepúsculo, Robert Pattinson. En la Argentina pasaron artistas como la cantante pop Silvina Moreno, recientemente nominada a los Premios Gardel.Hernán Pato, coordinador de prensa de Sofar, explica que la propuesta surgió de la necesidad de tener un lugar alternativo para tocar donde la música fuera protagonista, que no ocupe un rol secundario o de fondo, como puede ocurrir en un bar. La búsqueda de lugares alternativos para tocar en la Argentina no es nueva: después de la tragedia de Cromagnon hubo que salir de los boliches y bares, y trasladarse a lugares íntimos y a puertas cerradas. Hay gente que se inscribe para poner su casa, personas que se suman para formar parte del público y bandas que se anotan para tocar. En Buenos Aires hay un evento Sofar por mes y cada noche tocan entre cuatro y cinco artistas de diversos géneros, porque la idea es que haya diversidad. A los músicos les sirve para difundir su arte y los asistentes disfrutan y descubren bandas nuevas en la intimidad de un hogar. Como las casas no están acustizadas, todo el repertorio es unplugged , sin cables ni micrófonos.
"Al tocar en una casa particular te asegurás que la gente que está ahí realmente tiene ganas de escuchar música, van especialmente a eso. Además, están abiertos a cosas nuevas porque no saben quiénes actuarán. Se genera un clima muy lindo, muy íntimo", describe Pato. Los asistentes, que no se conocen entre sí, deben llevar algo para comer o tomar para compartir entre todos. En algunos casos, donde la velada se extiende y se genera un buen clima, se arma una "vaquita" para pedir pizzas o empanadas.

Otro hecho artístico como el teatro sale de los escenarios convencionales para presentarse en las casas con propuestas como Teatro al viento, una compañía que acaba de cumplir tres temporadas y cuenta con tres obras hechas especialmente para presentarse en livings y lugares no convencionales. Su director, Román Caracciolo, explica que se trata de salir a buscar al público, meterse dentro de una reunión de familia o amigos como una ráfaga y ofrecer una pieza teatral que dura una hora.
"Llegamos, preparamos el espacio, actuamos y luego, si los anfitriones quieren, participamos de la reunión. Es una ráfaga de teatro que pasa. Este año estrenamos La comezón, que es una obra mía sobre encuentros y desencuentros entre parejas en clave de humor. Es muy bueno lo que pasa porque como el público se conoce, se genera una complicidad que no existe cuando vas a ver una obra a un teatro. Hay miradas, sonrisas -describe Caracciolo-. Y el grado de verosimilitud cambia: no hay ilusión de montaje, es un hecho teatral puro que se arma y desarma en frente del espectador. Nosotros trabajamos con luz común, con lo que hay en la casa, no llevamos escenografía ni nada".
Los motivos para pedir un delivery de teatro suelen ser festejos de cumpleaños o aniversarios, o el simple placer de reunir amigos en casa y ofrecerles una alternativa de entretenimiento original. Eso sí, los imprevistos suelen ser moneda corriente en las actuaciones hogareñas. "La situación se complica cuando hay mascotas merodeando por la casa", cuanta Caracciolo, pero sabe que esto es parte del espectáculo.
Restaurante y terapia en casa
De todos los servicios que ahora van a casas particulares, el del chef a domicilio es uno de los que más adeptos tiene. Sentarse a comer con amigos platos complejos y elaborados sin mover un solo dedo y sin salir de casa es una idea por demás tentadora, sobre todo ahora, con los primeros fríos.Magalí Fischtein siempre estuvo ligada a la gastronomía. Era la que cocinaba para sus amigos cada vez que se juntaban en alguna casa y la que se encargaba de armar el catering para las bandas que traía a la Argentina la productora de música T4F. Dejó su trabajo en la productora para armar su propia empresa de producción de cocina a domicilio: Leeleesfood.
"El restaurante a puertas cerradas no era una opción para mí. No lo podía hacer en casa, pero además no me cerraba mucho el concepto -reconoce Fischtein-. Y como siempre cociné para mi grupo de amigos en casas que no eran las mías, se me ocurrió que podía hacerlo en casas de gente que no conocía."
El boca a boca, nunca mejor dicho, empezó a funcionar entre los que empezaron a llamarla. Y Magalí empezó a meterse en la cocina de otros para sacar ceviche de salmón, chupitos especiales y carnes asadas. Incluso, si la persona lo solicita, puede llevar la vajilla, el vino o si el cliente dispone de una bodega, sugerir qué etiqueta marida mejor con lo que se va a servir. El cubierto ronda entre los 250 y 300 pesos, con un mínimo de seis comensales.
"Al principio me llamaban para reuniones de gente de entre 50 y 60 años, que quería juntarse con amigos pero no sabían cocinar. Ahora el rango se amplió: se está empezando a abrir a otros segmentos. Es un cubierto que es similar al que se paga en un buen restaurante, pero podés tomar el vino que quieras y en la comodidad de tu casa", describe Fischtein.
Para Magalí, el hecho de que la reunión se desarrolle puertas adentro le da un valor agregado: "A mí siempre me hizo feliz juntarme con amigos alrededor de una mesa. Compartir momentos en casa es un valor; creo que todos estamos un poco más para adentro", reflexiona.
La vida hogareña incluso ha sacado a los terapeutas de sus consultorios. Analía Mitar trabaja con niños y se traslada hasta la casa porque ese ámbito le da información que en el consultorio no sale. "Empecé hace doce años, pero hace dos o tres comenzó a crecer mucho la demanda. La idea es trabajar en la familia en su conjunto, correr al niño del lugar de objeto sintomático y trabajar lo vincular", explica esta terapeuta que se corrió del psicoanálisis hacia la teoría sistémica, que trata al individuo como parte de un sistema, en este caso familiar.
"Con este método vas cortando resistencias que siempre aparecen en un tratamiento. Los niños se cansan de ir al consultorio, para los padres es una complicación llevarlos... Así se puede continuar el tratamiento porque sos vos quien se adapta al paciente y no al revés."
Hoy, más que nunca, la vida se resuelve yendo de la cama al living.
No saben, queridas amigas, lo identificada que me siento con esta nota. En mi living se ha hecho teatro, ha cantado mi esposo, hijos, amigos y hasta un coro; hemos hecho encuentros de poesía y ayer nomás hicimos una tertulia de la palabra que resultó un encuentro sencillamente maravilloso. ¡Viva el living, un lugar para vivir de lo que más nos gusta, el arte!
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