Fumar , y dejar de fumar

Realmente para muchos fumar es un placer, pero a muchos ese placer se nos transforma en dependencia. Pocos saben que el tabaco es una planta narcótica y que la nicotina es más adictiva que la heroína, claro que con efectos distintos. Casi todos los fumadores que conozco tratamos de controlarnos con el tabaco, pero más allá de la compañía del cigarrillo en la mano, la adicción está regulada por el sistema nervioso central, y el deseo de más nicotina se activa desde los neuroreceptores del cerebro que demandan cada vez mayores cantidades. Lo explica bien en Clarín Mujer, Carola Sainz, quien con Susana Reznik, médica psicoterapeuta, escribieron el libro “El placer de no fumar…nunca más” que se relanza en noviembre. Sabemos que los efectos del cigarrillo producen cáncer, infertilidad, bajo peso del recién nacido, etc., etc., etc., pero seguimos fumando. Muchos dicen que tres o cinco cigarrillos no hacen nada, pero los médicos contestan que no hay dosis inocentes. Hay que recordar que el tabaco genera adicción y después de estar varias horas sin fumar, el cuerpo demanda su dosis de nicotina y cuando se trata de controlarlo hay síntomas de abstinencia. Yo no fumo, pero sé que hay cigarrillos Light, con los Light se inhala más seguido y queda más tiempo el humo dentro de los pulmones, son un engaño y el cigarrillo electrónico está prohibido, no es inocuo.
Si el tema es la nicotina hay sustitutos a los que se pueden acceder fácilmente. Se puede intentar con los caramelos o los chicles de nicotina que liberan lentamente la sustancia. Otro, son los parches que se aplican sobre la piel y por capilaridad la nicotina pasa a la sangre y reduce así el deseo de fumar. También existen los inhaladores, que a veces provocan irritación, pero que satisfacen rápidamente la necesidad de nicotina. En todos los casos, la sustancia que proporcionan no es igual de adictiva que la del cigarrillo. Te cuento: cuando era más joven, fumaba con las boquillas Targar para hacer la femme fatal, era una boquilla muy chiquita que había que limpiar. Cuando la abría sacaba de adentro una sustancia aceitosa, espesa, marrón que me daba asco. Así, en vivo y en directo, entendí que era eso lo que quedaba en los pulmones,
¿Y qué hiciste? Lo justo y necesario….dejé de usarla. A veces las recaídas se producen por problemas de ansiedad o por estar cerca de un fumador, pero bien vale la pena intentarlo. Hay remedios, como el bupropión o la vareniclina que van con receta médica. Todo es cuestión de actitud y la diferencia es notable.