Hoy es el día del gastronómico,
¿pregunto, una mamá, mientras da la teta pertenece al gremio? Chistes aparte,
te cuento que estamos viviendo ‘La Semana Mundial de la Lactancia Materna’,
promovida por UNICEF. Dicen que dar la teta
disminuye la mortalidad en los niños y es cierto. UNICEF afirma que existe una relación
directa entre la lactancia materna y la reducción de las tasas de mortalidad en
los niños menores de cinco años y también indica que en los países en
desarrollo sólo el 36% de los lactantes menores de seis meses son amamantados
de manera exclusiva. Además, la mamá de acuerdo al ambiente en el que creció
fue creando defensas contra todo lo que la rodea y cuando da de mamar le pasa al
bebé defensas contra todos los organismos a los
que ella estuvo expuesta. Hay muchas creencias con respecto a la lactancia materna. No
importa el tamaño de los pechos ni el tipo de parto por el que se pasó. Tener
mucha leche no es cuestión de suerte ni de herencia. Dar de mamar seguido
estimula las glándulas. Las primerizas tienen que saber que cuando el bebé
comienza a chupar la leche es aguada (como leche descremada), le sirve para
saciar la sed, en el medio es como leche entera y al final es un rico postre
cremoso, por eso es importante el vaciado completo del primer pecho. Dar
complemento y mamaderas aumenta el riesgo de destete precoz, porque disminuye
la producción y confunde al bebé en la succión ya que es totalmente diferente a
la del pezón. Si un bebé llora de hambre, esta diciendo que quiere de nuevo el
pecho y no un biberón. Hace poco fueron noticia
mujeres que les están dando el pecho a chicos de 6 años. Se habla de extender
el período de lactancia hasta los 3 años o más. Claudia Amburgo, de la
Asociación Psicoanalítica Argentina, no está de acuerdo y explica que una madre
que le da la teta a su hijo después del año y medio se equivoca por que al año
y medio el chico camina, habla, necesita que el papá o un tercero, rompa la
relación simbiótica madre e hijo para así empezar a tener contacto con el mundo
externo. La mamá lo está atrapando. El nene así no puede interrelacionarse
porque no tiene interés, sólo le importan su mamá y su teta. Son nenes que ya
tienen dientes, que tal vez no usan pañales, que van al jardín de infantes. Por
un lado se les exige cierta independencia, y por el otro se lo atrapa. El apego
después de cierta edad es retención. Mientras se aclara el panorama lo seguro, para
las primerizas, es que los conocimientos sobre lactancia no se heredan, sino
que se adquieren.
Susana
Abelson
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