Uno de los orgullos de Buenos Aires es el Teatro Colón
reconocido mundialmente como una sala imponente.
Es uno de los teatros líricos más importantes del mundo. Es
el 2º con ese nombre. El primero inaugurado el 25 de mayo de 1857 estaba
el solar que hoy ocupa el Banco Nación
frente ala casa Rosada. La primera ópera fue La Traviata . Se cerró en 1887.
En 1888se sancionó la
ley que autorizaba la licitación para su construcción. El primer proyecto fue
del arquitecto Francisco Tamburini. Lo sucedió el italiano Victor Meano que fue
asesinado en 1904 por un mayordomo al que había despedido.
Julio Dormal terminó la obra. Se inauguró el 25 de mayo de
1908 con la ópera Aida.
Puede abordar
cualquier tipo de espectáculo con sus talleres de escenografía, ropas,
zapatería peluca, tapicería, herrería,
etc
Allí funcionan la Orquesta Estable, la Filarmónica de Buenos
Aires,, el Coro Estable, el Ballet Estable, el Instiruro Superior de Arte.
Dicen que algunos artistas extranjeros casi se asustaron por
el tamaño de la sala y hasta dudaron de presentarse.
Duplica en volumen a todas las salas, El espacio entre
butacas permite pasar sin molestar a los que ya están sentados.
En 1966 Raúl Soldi pintó la cúpula con un celeste dominante
sobre la historia de la música
Su acústica es perfecta y famosa en todo el mundo.
No muchos saben que existen los palcos de viuda. , debajo de
los palcos de la planta baja. Están cerrados por una reja muy tupida que
permite oír y ver un poquito no ser visto. Allí iban las viudas recientes que
debían guardar luto riguroso.
¿Alguna anécdota
jugosa?
La forza del destino tiene una historia de mala suerte.
Cuando la divina Muzzio la cantó, su madre aspergaba el escenario con agua
bendita., y la soprano patinó sobre el piso mojado.
En una Lucrezia Borgia, en una escena muy dramática la
soprano tomó con fuerza la cabeza de B Gigli y se quedó con su peluca pero
siguió cantando.
En Aída, seis forzudos debían levantar la litera en que
reposaba la princesa Amneris pero como la soprano Fanny Antúa pesaba 150 kilos
la dejaron elegantemente en el suelo.
Un gran gato negro cruzó el escenario durante el primer acto
de Tristán e Isolda y esa tarde cayó el avión que llevaba al cuerpo de baile
con las primeras figuras José Neglia y Norma Fontella y otros siete bailarines.
En la plaza Libertad hay una fuente con una escultura en su honor.
Hay que perderle el miedo a ese teatro. Hay localidades con
precios muy accesibles y la vestimenta
de los espectadores ya está acorde con los tiempos que corren.
Elsa Scopazzo
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