Manuel Mujica Láinez decía que le gustaba ir al teatro a ver
cómo le mentían. Cuando leemos novelas sabemos que es ficción, pero sufrimos,
lloramos o reímos porque nos olvidamos de que es “puro cuento”. El origen de la literatura es el mito, decía
Borges. El ser humano siempre necesitó el relato, la historia, el cuento. Hubo especialistas en esa tarea como los
juglares. Eran artistas del
entretenimiento en la Europa medieval Tocaban instrumentos musicales, cantaban,
contaban historias o leyendas. Funcionaban como una especie de noticioso en una
época en la que no existían los medios de comunicación. Recorrían el reino
cantando las últimas noticias de la guerra, casamientos reales, muertes y
nacimientos. La reconquista de España invadida por los árabes desde el siglo
VIII está contada en el cantar de Mio Cid. Obra de juglares, anónima, de
trasmisión oral donde los personajes, Alfonso VI y Ruy Díaz de Vivar fueron
verídicos. También existían los llamados trovadores, palabra italiana que
deriva de “trovare” inventar.
Los trovadores eran
autores de sus versos. Los juglares
copiaban esas composiciones aunque
existían algunos que componían sus propias obras. Del siglo X al XII
predominaban los juglares épicos que
normalmente recitaban tiradas y fragmentos de poesía narrativa o biográfica. A
partir de la segunda mitad del siglo XIII y en el siglo XIV predominan más los
juglares líricos que recitaban la llamada «poesía cortesana».
Escribían sus
canciones en lengua vulgar, no en latín
y los temas fundamentales fueron el amor cortés y el espíritu caballeresco de
los héroes de las cruzadas.
Fueron una especie de cronistas o periodistas de la
época La historiografía todavía no
estaba desarrollada como ciencia. En el cuento Brunanburt, de Jorge Lui
Borges, el rey sajón, antes de la
batalla en la que morirán todos sus hombres, separa al poeta porque él deberá
dejar constancia de ese hecho para la posterioridad. Entre los griegos La
Ilíada es la primera historia de ese pueblo. Lo mismo pasa con la Eneida de
Virgilio que narra los orígenes de Roma. Fueron tareas que desarrollaban los
poetas, los encargados de cantar, es decir contar la historia.
Los juglares no siempre fueron
trashumantes.
Había algunos independientes, con vida de bohemios, que no vivían en ninguna
parte y se los podía encontrar donde había fiestas. Otros formaban parte de la
corte y estaban contratados por el Rey o el noble y tenían como tarea cantar
las hazañas de su señor. Eran aduladores a sueldo, diríamos hoy.
Elsa Scopazzo
No hay comentarios:
Publicar un comentario