Hice la lista de todas las mujeres
que hay.
Eliminé primero a los travestris
Borré a todas las muy flacas, a las
muy gordas, a las rubias y a las pelirrojas.
Después a las maniáticas de la
limpieza, a las que fuman y a las que usan perfume demasiado fuerte ( a mí me
gustan las que huele a sí mismas)
Suprimí a las que hablan mucho, a
las que no hablan.
Quedaron pocas, muy pocas.
Taché a las que dicen constantemente
“o sea”, “es como que”. A las que, cuando les gusta dicen “es un divino”.
A las que tienen tobillos muy
gruesos y a las que no aceptan que uno mire fútbol.
Quedaron dos.
Puse como condición que ninguna
fuera mi mamá.
Quedó una.
Me acerqué a ella corriendo y le
dije “Sos la mujer de mi vida!!!!”
Ella me había eliminado de su lista cuando
tachó a los estúpidos que creen que existe la mujer ideal y que ella lo está
esperando con los brazos abiertos.
Caloi
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